Unos párpados que se abren y se cierran. Pequeños trozos de carne, piel escurridiza que se tensa y destensa. Si permanecen cerrados, desapareceré, desintegrándome en átomos diminutos. Lucho. Esos trozos de piel son mi única apertura.
Si al bajar los párpados cierro los ojos, me introduciré en ellos y dejaré de existir. Al cerrarlos desapareceré, también los ojos. No quedará nada, sólo una mota de polvo; esencia de lo que fui. Esa mota se desvanecerá, mezclándose con el entorno.
¡Parpadea, parpadea!
3 comentarios:
Esa sensación de que cuando uno cierra los ojos, todo desaparece y tal vez, uno también... Perfecto!
El miedo excelentemente escrito.
Muchas gracias Lidia.
A mi me ocurre muchas veces lo contrario, es cuando cierro los ojos, cuando me escondo tras los telones de la peor de las obras teatrales, cuando realmente encuentro mi existencia.¿Cuando soy o no soy? cuando abro los ojos o cuando los cierro???
Publicar un comentario